Las sustancias químicas inhaladas se absorben con rapidez a través de los pulmones y llegan a la sangre donde son distribuidas rápidamente al cerebro y a otros órganos; después de la inhalación, el usuario experimenta la intoxicación y otros efectos parecidos a los del alcohol como dificultad para hablar, incapacidad para coordinar movimientos, euforia y mareo; también se puede padecer aturdimiento, alucinaciones y delirios.
Las inhalaciones sucesivas pueden causar la pérdida del conocimiento e incluso la muerte. El usuario se sentirá menos inhibido pero también con menos control de sí mismo o de la situación; después de un uso intenso de inhalantes, éste puede sentirse somnoliento durante varias horas y sufrir de dolor de cabeza constante.
Otros síntomas son:
- vértigo y trastornos del equilibrio
- Movimientos incontrolables y repetitivos de los ojos (nistagmo)
- Marcha inestable
- Cansancio, fatiga y letargia
- Deterioro de los movimientos reflejos
- Retraso psicomotor
- Temblores
- Debilidad muscular generalizada
- Visión borrosa o doble
- Descenso del nivel de conciencia
Las alteraciones perceptivas y las alucinaciones visuales, auditivas o táctiles, las ideas delirantes, presencia de ansiedad intensa y las distorsiones en la percepción del tiempo, también son característicos.
El abuso de estas drogas favorece la aparición de trastornos psicológicos como la depresión, los trastornos de ansiedad o la psicosis aguda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario