La mejor manera de parar el abuso de inhalantes antes de que cause más consecuencias a la salud es la identificación temprana y la intervención. Los padres y el círculo social del consumidor deben atender las siguientes señales:
- olores químicos en el aliento o la ropa
- manchas de pintura u otras sustancias en la cara, manos y ropa
- objetos escondidos como envases vacíos de disolventes o pinturas, y trapos o ropa impregnada de sustancias químicas
- apariencia desorientada o semejante al estado de embriaguez
- dificultad para hablar
- náuseas o falta de apetito
- falta de atención y coordinación, irritabilidad y depresión.
- pupilas dilatadas.
- labios o cara agrietados.
- secreción o hemorragias nasales frecuentes.
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